En primer lugar, toboganes y descensos vertiginosos: los amantes de las emociones fuertes y los más atrevidos encontrarán el Kamikaze, la atracción más antigua del parque y la que sigue siendo la más adrenalínica, con dos pistas de 90 metros en las que se alcanza una velocidad libre de 65 km/h, o River Run, un largo y empinado recorrido que se realiza a bordo de botes de goma, o Twist, donde tres conductos se entrelazan vertiginosamente, y, por último, Speedriul, un sistema de tubos y embudos que se cruzan para un descenso a alta velocidad.